¿Benefician las “profesiones del futuro” a las personas con discapacidad?

En un mundo laboral en el que las oportunidades para las personas con discapacidad brillan por su ausencia, en la que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan cifras tales como que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es 43,1 puntos inferior a la de las personas sin discapacidad y su tasa de paro del 22,5%, 7,8 puntos superior a la de la población sin discapacidad, mirar al futuro, a las nuevas profesiones que van surgiendo a la par que la tecnología avanza, puede ser un rayo de esperanza.  ¿Pueden ser estas profesiones una oportunidad para mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad?

Por
Sheila M. Cué
Una mujer con discapacidad trabaja programando delante de varios ordenadores | Foto: Andrei Popov
Una mujer con discapacidad trabaja programando delante de varios ordenadores | Foto: Andrei Popov

La realidad es que el sector servicios es el principal proveedor de empleo para este grupo social. Según la información suministrada por el portal de empleo de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), el 86% de las contrataciones se realizan en este sector y a día de hoy las profesiones más demandas, en general, están vinculadas a servicios que han externalizado las grandes empresas tales como atención al cliente o call center, control de acceso, limpieza, etc.   

Pero es muy grande la diversidad de ocupaciones en que se emplean las personas con discapacidad. Según ODISMET, el 20.8% lo hacen en ocupaciones elementales; el 18,8% como personal contable, administrativo o de oficina; el 18,3% como trabajadores de restauración, personales, protección y vendedores; el 11,6% como personal técnico y profesional científico e intelectual; el 9,5%, como personal profesional de apoyo; el 8,9% como operadores de instalaciones y maquinaria o montadores y el 1,9% como personal directivo y gerente, por poner algunos ejemplos.  

El incremento de la digitalización, el auge de las nuevas plataformas y tecnologías, incluso la pandemia de la COVID 19, sin embargo, han consolidado perfiles profesionales que hace unos años no tenían tanto peso en el panorama laboral y no sólo eso, si no que estamos asistiendo al nacimiento de nuevas profesiones que tendrán una alta demanda puesto que todavía no hay suficientes profesionales especializados en estas materias.   

Profesiones tales como especialista en Big Data, especialista en e-commerce, analista de datos, analista web, especialista en ciberseguridad, especialista en inteligencia artificial, profesional de la abogacía especialista en protección de datos y privacidad, o especialista en marketing digital...  Conocer cuáles son estas profesiones y orientar las formaciones hacia ellas puede ser un buen camino hacia la inclusión en el mundo laboral de las personas con discapacidad física y orgánica. Todas estas profesiones tienen en común una alta especialización, pero también unas altas probabilidades de contratación.  

“Las personas con discapacidad somos profesionales completamente preparados para formar parte del empleo del futuro”  

“Como siempre decimos, las personas con discapacidad somos profesionales completamente preparados para adaptarnos a nuevas situaciones y, por lo tanto, en este contexto, para formar parte del empleo del futuro, o podríamos decir del presente, como son, por ejemplo, la economía de plataformas y la automatización a través de la inteligencia artificial”, afirma Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE.  

Además, “todas estas nuevas profesiones disponen de una lista extensa de posibilidades de formación académica para acreditarte como profesional cualificado. Por eso es muy importante insistir en adaptar y mejorar los planes formativos para poder acceder en igualdad de condiciones a las nuevas profesiones”, incide.  

“Es importantísimo que las nuevas cohortes de jóvenes con discapacidad puedan transitar con éxito por el sistema educativo y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Esto supone la necesidad de que exista una educación inclusiva que garantice el derecho a una educación de calidad y en equidad. Dicho esto, es muy importante garantizar la accesibilidad, los ajustes razonables, las adaptaciones de puestos escolares, y el diseño universal de aprendizaje para que las personas con discapacidad puedan acceder a la gran mayoría de las profesiones que sean de su interés y no se vean limitadas sus opciones de elección”, reafirma el responsable del área de Desarrollo Educativo y Profesional de COCEMFE, Juan García Olmo.   

Lo cierto es que las profesiones del futuro tienen unas características a priori favorables para las personas con discapacidad tales como que disponen de una lista extensa de posibilidades de formación académica accesible para certificarse como un profesional cualificado ya que muchas de estas opciones, al igual que los empleos, estás disponibles totalmente en remoto, ya sea desde casa o desde cualquier lugar del mundo; su demanda en el mercado de trabajo es altísima o potencian la oportunidad de trabajar de forma independiente y autónoma, dando muchas posibilidades de emprender por cuenta propia.     

La brecha digital existente en el caso de las personas con discapacidad requiere de acciones formativas en el ámbito formal y no formal  

Pero no podemos olvidarnos de la otra cara de la moneda: los estudios realizados ponen de manifiesto que la brecha digital existente es mucho mayor en el caso de las personas con discapacidad, lo que requiere de acciones formativas en el ámbito formal y no formal para la adquisición de estas competencias digitales básicas o más avanzadas ya que además de facilitar el acceso al empleo, también mejoran su participación social en todos los ámbitos tales como la cultura, el ocio, la movilidad, las relaciones digitales con la administración, las redes sociales, y muchos otros.       

“Hay que tener en cuenta que, si las herramientas digitales no son accesibles, o están fuera del alcance de las personas con discapacidad, no nos podremos beneficiar de estas oportunidades y, por tanto, corremos el riesgo de quedarnos atrás”, explica Queiruga.   

Además, como afirma, por su parte, el responsable del área de Desarrollo Educativo y Profesional de COCEMFE, en relación al teletrabajo, no todo son bondades, “puede llevar riesgos asociados que, también deben ser tenidas en cuenta, tales como un déficit de visibilidad de las personas con discapacidad en el ámbito de las empresas, problemas de aislamiento social, relajación en el derecho a la accesibilidad, riesgos laborales no solventados en los domicilios, problemas con la desconexión laboral, etc.", añade.   

Un futuro, por tanto, que presenta tantas oportunidades como grandes riesgos, pero en cualquier caso COCEMFE anima, en primer lugar, a las empresas a aprovechar las ventajas de la tecnología para impulsar iniciativas que tengan en cuenta a las personas con discapacidad; a las Administraciones para que promuevan marcos regulatorios flexibles, pero que garanticen los derechos de todas las personas en igualdad de condiciones y a las propias personas con discapacidad a embarcarse en estudios y profesiones del ámbito de la digitalización, así como en procesos de aprendizaje permanente para incrementar sus competencias digitales que le permitirán acceder a más y mejores empleos y facilitarán enormemente la participación social y el desarrollo de una vida más independiente.    

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