Cada día los medios de comunicación arrojan mensajes con un mismo hilo conductor: la incertidumbre. Cuando todavía seguimos arrastrando las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de una pandemia sin precedentes para la ciudadanía actual, nos enfrentamos ahora a un nuevo episodio bélico con efectos también mundiales. La guerra de Ucrania está sacudiendo a la sociedad a nivel mundial provocando un sinfín de consecuencias negativas que merman los derechos de gran parte de la sociedad.
Estos dos hitos de características singulares son dos de los nuevos temas que analizamos en nuestro nuevo número. Por un lado, volvemos a poner sobre relieve las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, pero esta vez poniendo un énfasis especial en las vivencias y el impacto subyacente que ha tenido en la cotidianeidad de las personas, especialmente las que viven o trabajan en centros residenciales.
Y por otro, entrevistamos a Ricardo Pla, Oficial de Protección para la Inclusión de la Discapacidad en ACNUR con el que hemos analizado la realidad de las personas con discapacidad refugiadas y/o demandantes de asilo y los procesos de protección internacional para este grupo social.
Hilado con esta entrevista, se encuentra el reportaje que pone en valor la perspectiva interseccional desde múltiples variables como son las minorías étnicas, las mujeres y niñas con discapacidad víctimas de trata, el colectivo LGBTIQA+ o las personas migrantes, principal foco de conceptos como la ‘violencia por prejuicio’.
También hemos reflejado otro tipo de violencia, la de género, a través del reportaje relacionado con el documental ‘Ama-das’, que con un mensaje esperanzador muestra esta cruda realidad a través de cuatro testimonios de mujeres con discapacidad.
Y, ante este panorama gris, ¿cómo actuar? Nuevamente, la educación se torna como uno de los pilares fundamentales para combatir las circunstancias que vivimos. Pilar Alegría, ministra de Educación y Formación Profesional nos concede una entrevista en la que pone el foco, una vez más, en el necesario impulso hacia un modelo de educación inclusiva y un consenso pleno y firme en materia legislativa. Pensamiento que también comparte Marta Sandoval, protagonista de nuestra Tribuna de Opinión que profundiza en este concepto, pero en el ámbito universitario.
En definitiva, se atisba necesaria una apuesta por una educación con carácter inclusivo que comprenda y asuma la diversidad de nuestra sociedad. Una educación que forme a las personas en la superación de conflictos, crisis y violencias. Una educación que contribuya a eliminar desigualdades y discriminaciones y apueste firmemente por la igualdad de oportunidades, el ejercicio de las libertades de todas las personas y, por ende, la justicia social. Una educación que contribuya a garantizar y defender los derechos sociales de todas las personas, esos derechos que hoy, nuevamente, y debido a la incertidumbre social, vuelven a tambalearse.