"La investigación en enfermedades raras está obteniendo grandes resultados"

Pablo Lapunzina es el director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBERER) centro referencia en España compuesto por un equipo humano de más de 700 profesionales, con 56 grupos de investigación y 20 grupos clínicos con el objetivo de coordinar y favorecer la investigación sobre las enfermedades raras y la búsqueda de diagnóstico y terapias.  

Por
Sheila M. Cué
Pablo Lapunzina, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras. | Foto: Archivo CIBERER
Pablo Lapunzina, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras. | Foto: Archivo CIBERER

¿Qué balance puedes hacer desde que llevas al frente del CIBERER? 

Desde que ostento la Dirección Científica y teniendo en cuenta los 17 años de andadura del centro, es indiscutible que el CIBERER ha consolidado su posicionamiento como referente nacional e internacional de investigación en enfermedades raras. 

Entre los logros que se pueden destacar, por ejemplo, en el ámbito diagnóstico se puede resaltar que los investigadores del centro han descrito más de 120 nuevos genes asociados con enfermedades raras en la última década. Además, en el ámbito de las nuevas terapias, el centro ha contribuido a la designación de 28 medicamentos huérfanos en Europa o Estados Unidos y ha patrocinado directamente 15 de estos medicamentos. 

En el CIBERER trabajamos también para mejorar la atención a las personas en situación de discapacidad y dependencia. El equipo de Orphanet-España, gestionado desde el CIBERER, está traduciendo al español fichas de discapacidad sobre diferentes enfermedades raras. Estos documentos explican las situaciones de discapacidad que pueden derivarse de las diferentes patologías.  

¿Qué otros proyectos se llevan a cabo? 

El CIBERER coordina a nivel nacional proyectos como MAPER (Mapa de Recursos Para Enfermedades Raras en España), GENRARE (Registro de enfermedades genéticas y de baja prevalencia), el CIBERER Biobank, la Academia CIBERER para pacientes o el programa de Enfermedades no diagnosticadas (ENoD), que ya ha conseguido el diagnóstico del 33% de los pacientes elegidos para este programa. 

Por último, quería destacar que, desde su puesta en marcha en 2006, el CIBERER ha trabajado codo con codo con los afectados para dar más visibilidad a las enfermedades raras. 

¿Cómo valora la situación de España con relación a la investigación sobre enfermedades raras?  

En España la investigación en enfermedades raras está obteniendo grandes resultados en los últimos años gracias al esfuerzo de investigadores, reguladores, profesionales sanitarios, pacientes y compañías farmacéuticas.  

Nuestro país dispone de una masa crítica de investigadores tanto básicos como clínicos con gran experiencia y prestigio. Se ha avanzado mucho en la búsqueda del diagnóstico y tratamiento para las enfermedades raras en los últimos años, y considero que como país tenemos capacidad suficiente para liderar investigaciones punteras en enfermedades raras a nivel nacional e internacional. 

“El reto es que la Cartera de Servicios comunes implante la tecnología de secuenciación masiva” 

¿Cómo se encuentra el objetivo de la implantación homogénea en España de una cartera común de pruebas genéticas? ¿Crees que algún día se hará realidad? 

Un diagnóstico molecular preciso es esencial para el manejo del paciente y el asesoramiento familiar. Hay alrededor de 7000 enfermedades raras y los genes responsables de estas patologías se conoce en algo más de la mitad de éstos, por lo tanto, alrededor de 3000 todavía están sin una patogénesis molecular definida. Además, una fracción significativa de pacientes con enfermedades raras no tiene un diagnóstico molecular debido a la falta de acceso universal a las pruebas de diagnóstico.  

Por otra parte, la llegada de la tecnología de secuenciación masiva con exomas y genomas a un precio accesible ha abierto la puerta para que la implementación y generalización de pruebas de genomas llegue a todos los pacientes, no sólo a las personas con enfermedades raras, sino también a los que tienen enfermedades comunes. El reto ahora es que desde la Cartera de Servicios comunes del ministerio se implante y que las comunidades autónomas la puedan ejecutar para todos los pacientes que lo necesitan. 

¿Cómo valoras la participación de España en el Consorcio Internacional de Investigación de Enfermedades o en el Programa Europeo Conjunto de Enfermedades Raras? ¿En qué se traduce esta participación

La participación de España tanto en el Consorcio Internacional de Enfermedades Raras (en inglés, IRDiRC) como en el Programa Europeo Conjunto de Enfermedades Raras (en inglés, EJP-RD) es muy activa siendo socios relevantes en ambos casos. 

Ambas acciones persiguen el establecimiento de estrategias integrales para la mejora de la investigación y del uso de datos y herramientas que conduzca a la optimización y explotación de resultados. Se quiere así conseguir tasas de diagnóstico más altas y tempranas, un desarrollo de medicamentos más acelerado a costes reducidos, la mejora de la atención de los pacientes y el empoderamiento de todas las partes interesadas. 

Además, desde España también se está participando de forma proactiva en proyecto Beyond 1 Million Genomes (B1MG), que contribuye a la creación de una red europea de datos genéticos y clínicos. Esta iniciativa es un compromiso de 24 países de la UE, el Reino Unido y Noruega para proporcionar acceso trasfronterizo a un millón de genomas secuenciados. 

También quiero destacar que actualmente, estamos participando desde diferentes instituciones españolas, entre ellas el CIBERER, en el próximo Partenariado Europeo de Enfermedades Raras (en inglés, RDP), que marcará las políticas europeas en materia de enfermedades raras para los próximos 7 años. 

Con relación a la industria farmacéutica, ¿crees que deberían hacer más esfuerzos para apostar por medicamentos para enfermedades raras?  

La industria farmacéutica está comprometida con el desarrollo de tratamientos para enfermedades raras, pero es necesario reforzar la colaboración y el diálogo temprano entre investigadores, empresas y administración para que la innovación llegue a los pacientes, y lo haga en el menor tiempo posible. 

España es uno de los países con mejores cifras en lo que a la puesta en marcha de ensayos clínicos de medicamentos en enfermedades raras se refiere. En 2022, el 25% de los estudios autorizados en nuestro país fueron para medicamentos huérfanos. 

Somos conscientes también de que el acceso a los medicamentos, una vez se han autorizado, sigue siendo un reto. Y por ello debería trabajarse para favorecer y acelerar el acceso a los tratamientos en condiciones de equidad y transparencia en beneficio de los pacientes. 

“Estamos trabajando en el desarrollo de 15 medicamentos huérfanos”

¿Cómo se trabaja desde el CIBERER esta área? 

Las opciones terapéuticas para enfermedades raras son, en general, escasas y poco eficaces, si bien es cierto que en los últimos años se está avanzado mucho en el desarrollo de nuevas terapias y fármacos para estas enfermedades. En este sentido el CIBERER está trabajando en el desarrollo de medicamentos huérfanos, entendiendo éstos como aquellos medicamentos de cualquier índole —fármacos, terapia génica, terapia celular— orientados expresamente a tratar las enfermedades raras. 

Igualmente, actuamos como promotor de 15 medicamentos huérfanos designados por la Agencia Europea del Medicamento (en inglés, EMA), 4 de los cuales también han sido designados como tales por la agencia americana (en inglés, FDA). Siete de estos medicamentos corresponden a terapia génica y los otros ocho son reposicionamientos, es decir, fármacos que ya se utilizan para otras patologías que están siendo evaluados para su uso en alguna enfermedad rara.  

Además, trabajamos en ensayos clínicos en fases avanzadas para conseguir tratamientos con técnicas de vanguardia como la terapia génica. 

¿Se han producido algunos avances? 

Sí, los 76 grupos que componen actualmente el CIBERER han realizado grandes avances en estos últimos años en la búsqueda de terapias para diferentes enfermedades y grupos de patologías, como las leucodistrofias, anemia de Fanconi, ataxia telangiectasia, anemia de Blackfan Diamond, telangiectasia hemorrágica hereditaria, epidermólisis bullosa o enfermedades metabólicas hereditarias. Estos proyectos se encuentran en diferentes etapas, desde la búsqueda de dianas terapéuticas en modelos celulares, animales o bioinformáticos, pasando por los ensayos clínicos con terapias celulares o génicas en sus últimas fases. 

Específicamente en relación con la búsqueda de terapias, cabe destacar el éxito en las investigaciones de grupos del CIBERER en el desarrollo de vectores lentivirales para enfermedades hematológicas raras, algunos en fases avanzadas de ensayos clínicos. Tres de ellos se están desarrollando en colaboración con empresas multinacionales. 

En los últimos 10 años se han obtenido desde el CIBERER 25 patentes nuevas con aproximaciones terapéuticas, algunas de las cuales han sido licenciadas y cuentan con acuerdos de cooperación a largo plazo con empresas líderes de los sectores farmacéuticos y biotecnológicos. 

¿Crees que la inteligencia artificial podrá de alguna forma servir de ayuda para el diagnóstico de las enfermedades raras?  

La inteligencia artificial (IA) en el ámbito de las enfermedades raras ha crecido exponencialmente en los últimos 10 años. En este ámbito las nuevas tecnologías en general y la IA en particular están aportando mejoras en el abordaje terapéutico de estas patologías, con diversos ejemplos en las áreas del diagnóstico, pronóstico, investigación y tratamiento.  

La generación y obtención de gran cantidad de datos homogéneos y de calidad, y la transformación digital, son esenciales para la generación de cualquier sistema de IA dirigido a la toma de decisiones clínicas en enfermedades raras. Sin embargo, la localización de los mismos no es una tarea sencilla. 

Desde CIBERER algunos grupos de investigación están desarrollando algoritmos para el análisis e interpretación de los datos ómicos mediante el uso de la biología de sistemas y de la bioinformática. 

En definitiva, todo parece indicar que se puede ser optimista en cuanto a su evolución futura, si bien habrá que trabajar para hacer frente a los retos económicos, tecnológicos, éticos, legales, organizativos y sociales que traerá consigo. 

 

 

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