Donación, el gesto altruista por excelencia


La donación de órganos es aún hoy en día la única solución para salvar y/o mejorar la calidad de vida de personas con determinadas enfermedades crónicas o que se encuentran en situaciones muy críticas.  Esta generosa decisión, en gran medida tomada por familiares de personas que han fallecido, hace que situaciones virulentas cobren sentido, al trasformar el dolor de la pérdida, en esperanza y vida para otras personas.
 

Por
María José García Pose
Un donante de órganos puede salvar ocho vidas y un donante de tejidos puede mejorar la de 75 más. | Foto: Ekaterina Chizhevskaya
Un donante de órganos puede salvar ocho vidas y un donante de tejidos puede mejorar la de 75 más. | Foto: Ekaterina Chizhevskaya

“El trasplante ha significado el regalo más grande que te pueden dar. Tras un infarto fulminante estuve diecinueve días esperando en urgencia cero. Mis órganos empezaban a debilitarse, estaba entre la vida y la muerte cuando me dieron la maravillosa noticia. Me regalaron un corazón con el que ya llevo viviendo una década ¡gratis!”. 

Son las emocionantes declaraciones de María Dolores Martínez, persona trasplantada que asumió hace unos meses la presidencia de la Federación Española de Trasplantados de Corazón (FETCO) entidad perteneciente al Movimiento Asociativo de COCEMFE y que junto a otras como la Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ); la Federación ALCER (Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón) y la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) trabajan a diario por revalorizar la importancia de la donación, un gesto generoso y verdaderamente humano que se convierte en solución para salvar innumerables vidas. 

En un mundo de constante evolución médica, la humanidad sigue siendo el factor clave para fomentar esta práctica. Cada órgano y tejido donado tiene un potencial de marcar una diferencia significativa en la vida de alguien, brindándole, como cuenta María Dolores, una segunda oportunidad. “Un donante de órganos puede salvar ocho vidas y uno de tejidos mejora la de 75”, subraya.

Sin embargo, con teoría y datos sobre la mesa, el concepto de donación aún ha de ser abordado desde muchas aristas especialmente interrelacionadas y en las que entra en juego como pieza clave y fundamental la psicología. Si bien es cierto que se puede ser donante en vida, especialmente para los casos de riñón e hígado, esta práctica tiene su epicentro y gran ventaja en la utilización de órganos de personas fallecidas. 

“Las familias tienen que conceder su permiso cuando tienen que enfrentarse a la pérdida de un familiar, un momento especialmente difícil para ellos. Gracias a este gesto muchas personas tienen una nueva oportunidad de vida”, destaca Juan Antonio Da Silva, presidente de FEFQ, quien, argumenta que las personas con Fibrosis Quística necesitarán del trasplante “en edades mucho más avanzadas a las que estamos acostumbrados hoy en día”, una nueva realidad, consecuencia de los actuales tratamientos correctores que frenan la enfermedad, “haciendo que el deterioro sea más lento”, pero que no evitan que el trasplante bipulmonar y en ocasiones hepático, sea la única alternativa “antes o después”.

No existe apoyo psicológico para las familias de las personas donantes

Una psicología que echan en falta Ivana y Margherita De Stefani quiénes apoyaron la donación de los órganos de su madre tras fallecer, hace escasamente seis meses. “Cuando hablamos con el equipo médico del hospital sobre la donación y lo que ella conllevaría, descubrimos que no había apoyo psicológico para las familias de las personas donantes”, afirman. “Se podría crear un recorrido de soporte para la familia durante todo el proceso, desde la toma de la decisión, hasta el después de la operación y durante el duelo, son todas fases muy delicadas y duras. La ayuda de profesionales lo aliviaría de alguna forma”, matizan. 

Y es que es la psicología la que hace analizar la donación en ese momento de dolor y pérdida como un propósito, proporcionando consuelo. “Para la mayoría de las personas la donación puede ser un concepto muy alejado de lo cotidiano, sin embargo, a raíz de una situación como la muerte de una persona querida, de repente adquiere un significado extremadamente real y cercano. Es el último gesto de amor que se puede hacer en la vida, sabes que va a cambiar la existencia a otra persona o incluso salvarle la vida”, añaden las hermanas De Stefani.

En este contexto, ¿cómo se puede llegar a este punto de equilibrio? Desde el punto de vista de ALCER se estiman fundamentales tres ejes: la educación y concienciación, la colaboración con instituciones y comunidades y las campañas de sensibilización. Ejes que comparte FNETH que resalta que la cultura de la donación hay que fomentarla desde la infancia a través del diálogo en el entorno familiar y en el escolar. 

“Siempre abogamos porque este tema se hable en familia sin ningún tipo de tabú y superstición porque llegado el momento que la familia tenga una pérdida de un ser querido y muera en las condiciones idóneas para ser donante, si ya este tema fue hablado es más fácil tomar la decisión”, argumenta su presidenta Eva Pérez Bech. 

Una circunstancia a la que habría que sumar el trabajo por derribar los mitos que aún hoy existen en torno a la donación de órganos y entre los que destacan, “el tema de que los médicos no harán todo lo posible por salvar la vida de una persona si es donante de órganos; la creencia de que la religión prohíbe esta práctica o la preocupación de que la donación afecte a la apariencia física del donante”, explica el director de ALCER, Juan Carlos Julián. 

Llevamos años trabajando porque el Gobierno de España regularice la protección social del donante en vida

Además, en el caso de estas dos últimas entidades entra también la variable de la donación en vida, una situación que hace especialmente relevante el fomento de la cultura de la donación, “tanto ALCER como FNETH llevamos años trabajando porque el Gobierno de España regularice la protección social del donante en vida y que su gesto altruista no suponga una merca económica y social para el donante”, informa Julián. “Estábamos a punto de conseguirlo con la presentación de una propuesta de ley del grupo socialista y la aprobación en el Congreso para su tramitación, pero las próximas elecciones han dejado este trámite en el aire”, explica abogando porque la medida no caiga en el olvido.

Con todo ello, España sigue siendo referente y puede seguir sintiéndose orgullosa de sus cifras. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con motivo del Día Nacional del Donante, nuestro país sigue siendo líder mundial en trasplantes. Con motivo de la efeméride, la directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil informó que España aumentaba la donación de órganos en un 10,2% en lo que llevamos de año, creciendo los trasplantes en un 11,5% y concretamente en más de un 25% los de pulmón; más de un 17% los hepáticos y más de un 9,3% los renales.

Son cifras sobre las que mostrar orgullo. “Estamos en un país donde la población está bastante concienciada y es solidaria, pero también es cierto que siempre hay un margen, por eso este año las cuatro federaciones de trasplantados hemos apostado por la campaña de sensibilización bajo el lema ‘Puedo ser la pieza que otros necesitan’”, detalla Pérez Bech, agradeciendo la sensibilidad de la ciudadanía española.

 Es importante destacar que cualquier persona puede ser donante de órganos. No importa la edad, el género, la raza o el estado de salud. Incluso aquellas personas que tienen enfermedades crónicas pueden ser considerados donantes, ya que algunos órganos o tejidos pueden ser útiles para la investigación o para el trasplante en personas con necesidades específicas.  Existen dos formas de ser donante:  mediante instrucciones a la familia de la decisión tomada en caso de fallecimiento o con un documento de voluntades anticipadas en el que se manifiesta la decisión de ser donante de órganos.  De esta manera, la ciudadanía puede pasar a ser la pieza que otras personas necesitan. Personas como María Dolores, con la que se abría este reportaje y que asegura que gracias a este gesto altruista “disfruta día a día y minuto a minuto dando gracias eternamente a quien me regalo mi vida con un corazón”. 
 

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