Editorial

¿Quién nos robó nuestro aniversario?

2020 iba a ser un año muy especial, en COCEMFE lo sabíamos. Iba a ser un año de celebración por todo lo alto. ¡Nuestro 40 aniversario! Pero un virus se cruzó en nuestro camino (y en el de toda la humanidad) y dio al traste con todo aquello que habíamos planificado y trabajado, convirtiéndolo, de hecho, en el año más complicado de la historia.

Y es que el COVID-19 ha provocado una crisis sin precedentes a todos los niveles y en todos los órdenes, ha afectado con más dureza si cabe a las personas con discapacidad. La pandemia ha provocado que todas las ONG, las organizaciones de personas con discapacidad en general y el Movimiento Asociativo de COCEMFE en particular se haya tenido que reinventar a una velocidad de vértigo para adaptarse y poder seguir prestando servicio a las personas y las entidades y velando por la salud, la dignidad, la autonomía y la inclusión.

En medio de esta situación, Anxo Queiruga fue reelegido presidente de la entidad por cuatro años más en la Asamblea General Extraordinaria de COCEMFE, celebrada, dadas las circunstancias, telemáticamente. Por delante, un periodo duro, crítico, vital para el movimiento asociativo de la discapacidad.

“Tenemos que conseguir revertir todos los problemas que ya nos estamos encontrando y resaltar el factor multiplicador de la discapacidad. Y desde luego, que, en caso de producirse una nueva crisis sanitaria de esta envergadura, nos pille mejor preparados y podamos limitar en la medida de lo posible sus consecuencias”, afirma el presidente de la entidad.

Durante esta pandemia, y en el punto más alto de la misma, cuando estábamos confinados/as, acontecieron también sucesos que nos han dado que pensar y reflexionar. Los ínfimos niveles de polución por la disminución del uso del transporte privado, y la propia actividad del ser humano, la disminución de ruido... hizo que la naturaleza, flora y fauna, recuperaran terreno.  El medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, sus consecuencias, no son o no debiera ser ajeno para la discapacidad.

Sobre esta situación, el especialista estadounidense, Alex Ghenis, destaca que “como aliados en la lucha común por los derechos humanos, todo el movimiento ecologista debería colaborar con el movimiento y la comunidad por los derechos de las personas con discapacidad”.

En España, múltiples son las iniciativas y ejemplos de implicación del movimiento asociativo de la discapacidad en la lucha contra el cambio climático. Así, el proyecto ‘Life Stop Cortaderia’, de la asociación AMICA; la gestión integral de residuos llevada a cabo por COREGAL, o el desguace ecológico de automóviles, de Trameve son algunas de ellas.