“Las mujeres con discapacidad son más vulnerables ante la violencia”

María Ángeles Carmona es presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial. Es secretaria judicial desde 1994 y cuenta con una amplia experiencia en el ámbito de la violencia machista, puesto que lleva destinada desde 2009 en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Sevilla. Además, en 2012 pasó a desempeñar el cargo de Jefa de la Unidad de Coordinación Territorial de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Andalucía.

Por
César Jiménez
Carmona es presidenta del Observatorio desde el año 2014 | Foto: CGPJ

Para quien no lo conozca, ¿a qué se dedica el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género?
El Observatorio se creó en 2002 y está integrado por distintas instituciones implicadas en la lucha contra la violencia machista cada una desde su ámbito de competencias.

La actividad del Observatorio es muy amplia pero, por resumir, elaboramos estadísticas a partir de los datos de todos los órganos judiciales y realizamos análisis y estudios con el fin de proponer mejoras para los sistemas de detección de casos de violencia machista y de ayuda a las víctimas, así como para aumentar la eficacia de las actuaciones judiciales.

En definitiva, tratamos de conocer a fondo la realidad que rodea la violencia que se ejerce sobre la mujer con el objetivo de desarrollar las herramientas más eficaces para erradicarla.

¿En qué situación se encuentran ahora las mujeres? A falta de dos meses para terminar el 2019 ya se superó el número de víctimas mortales por violencia de género que hubo en todo 2018.
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos en la violencia machista es el silencio de las víctimas. Todas esas mujeres que sepan que no están solas. Y si ellas no pueden o no quieren denunciar porque el miedo las atenaza, es importante que lo cuenten, que hablen de su situación con alguien cercano, un familiar, una amiga, el médico de cabecera… sólo la denuncia permite poner en marcha todos los mecanismos integrales de ayuda a las víctimas y solo con la denuncia se puede llegar a castigar al agresor para que ninguna conducta de estas características quede impune.

El coste en vidas este año sigue siendo muy alto y nuestro objetivo es que no haya ni una sola víctima más. No podemos tolerar ningún asesinato, pero no sabemos, y seguro son muchas, las mujeres que se han salvado porque dieron el paso y lo contaron.

Año tras año, el número de mujeres asesinadas por violencia machista supera el medio centenar, ¿qué hay que hacer ante esta lacra?
Debemos seguir trabajando como se viene haciendo desde hace años. No podemos bajar la guardia, no podemos dar pasos atrás. España es un país pionero y es modelo para otros países de nuestro entorno en Europa y en el resto del mundo.

"Nuestros niños y adolescentes siguen perpetuando roles de género y clichés machistas"

Debemos seguir mejorando y son muchas las medidas que pueden adoptarse. Entre ellas  las que propusimos desde el Observatorio, y que se incluyeron en el Pacto de Estado firmado hace dos años

¿Cuáles son estas medidas?
Las medidas referidas a la necesidad de aprobar reformas legislativas para ampliar el concepto de violencia de género a todas las formas de violencia sobre la mujer por el hecho de ser mujer, así como a las referidas a modificar la dispensa a no declarar a la que se puede acoger la víctima, pues en muchas ocasiones ella es el único testigo y sin su testimonio no puede avanzar el procedimiento contra el agresor, o a eliminar las circunstancias atenuantes de confesión y reparación del daño en los asesinatos por violencia de género.

Por otro lado, también hay que seguir avanzando en la sensibilización de la sociedad a través de los medios de comunicación, en la educación de nuestros niños y jóvenes en valores de respeto e igualdad o, como ya se está haciendo, en la formación específica de todos los profesionales que desde distintas administraciones están trabajando en la lucha contra la violencia machista.

En este 2019, el 62,8% de los agresores tenían más de 40 años, ¿podemos confiar en qué la violencia machista sea una lacra que se va extinguiendo a medida de que se sucedan generaciones y generaciones?
Quizás lo que más preocupa en este sentido son nuestros niños y adolescentes, que siguen perpetuando roles de género y clichés machistas. La educación es la clave para avanzar en una sociedad igualitaria y libre de violencia.

Pero la educación no sólo debe reforzarse en los centros de enseñanza, tal como ya prevén nuestra legislación y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, sino también en las propias familias, que son la primera escuela de vida.

Cuando hablamos de mujeres con discapacidad, ¿la situación es la misma que la de las mujeres sin discapacidad?
Las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables ante situaciones de violencia de género. La discapacidad es un factor que, de hecho, aumenta la vulnerabilidad de la mujer.

Por esta razón, debemos hacer un esfuerzo añadido en estos casos y formar a las mujeres y a las niñas con discapacidad para que puedan identificar las situaciones de violencia machista y pidan ayuda.

Es necesario revisar los protocolos de actuación y adaptarlos a las necesidades específicas y concretas de las mujeres con discapacidad que sufren situaciones de violencia y debemos también estudiar a fondo, para lo cual, tenemos que recopilar datos sobre víctimas con discapacidad e incluirlos en todos los informes.

Según los datos recogidos en ‘Dona amb discapacitat. Doble discriminació’, publicado por el Observatori de Discapacitat Física (ODF) de COCEMFE, un 23,30% de las mujeres con discapacidad denuncia haber sufrido violencia machista, frente al 15,10% de las mujeres sin discapacidad y además revela que las mujeres con discapacidad tienen un 8% más de probabilidades de sufrir violencia machista. ¿Por qué se da esta situación de desigualdad?
Los factores de vulnerabilidad son bastante sencillos de entender en las mujeres con discapacidad.

“Es necesario adaptar los protocolos de actuación a las necesidades de las mujeres con discapacidad”

Si para cualquier mujer encontrarse en el escenario del miedo del maltrato supone una situación paralizante de terror, para una mujer con discapacidad ese escenario se vuelve aún más insalvable, teniendo en cuenta no solo los obstáculos que por sí supone la propia discapacidad, sino también porque el maltrato  suele tener su origen en la única persona cuidadora de la víctima.

Esta circunstancia impide identificar la violencia, pedir ayuda y por supuesto, denunciar.

En las estadísticas de víctimas de violencia de género se dan datos de la víctima y del agresor como su edad, comunidad autónoma, relación de pareja o expareja, país de nacimiento, tipo de relación, pero no se informa sobre si la víctima tenía discapacidad. ¿Por qué? ¿Cuándo se incluirá esta variable en las estadísticas?
En los estudios sobre sentencias dictadas por las audiencias provinciales y por los tribunales del jurado que se elaboran en el Observatorio visibilizamos estas circunstancias de vulnerabilidad, pero no en las estadísticas oficiales sobre denuncias, órdenes de protección o condenas.

El Consejo General del Poder Judicial ha pedido a la Comisión Nacional de Estadística Judicial que se incluya este indicador en los boletines oficiales elaborados trimestralmente por los órganos judiciales.

Otra reivindicación del movimiento asociativo de mujeres con discapacidad es conocer cuántas mujeres terminan con una discapacidad sobrevenida como consecuencia de la violencia machista sufrida. ¿Desde el Observatorio tenéis algún dato sobre esta cuestión? ¿Algún día se conocerá este aspecto?
Estamos seguros de que así será. Hay muchas mujeres que casi pierden la vida por las lesiones graves de las que son víctimas. La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género está recabando esta información desde hace unos años y se visibilizará.

¿Qué medidas específicas serían necesarias para superar esta situación de desigualdad que presentan las mujeres con discapacidad en comparación con el resto de mujeres?
La intervención y asistencia especializada con las mujeres con discapacidad es esencial para una adecuada protección. Además, el Pacto de Estado contiene numerosas medidas dirigidas a una mejor protección de las mujeres con discapacidad.

Entre ellas se encuentran asegurar que existen suficientes plazas en las casas de acogida, también en zonas rurales, y revisar la accesibilidad y protocolos de acceso para que las mujeres con discapacidad puedan ser derivadas, así como incorporar la variable de la discapacidad en todas las encuestas e informes sobre Violencia de Género e impulsar la formación de los profesionales sobre las características y necesidades de las mujeres y niñas con discapacidad.

Por último, teniendo en cuenta el resultado de las elecciones del pasado 10 de noviembre de 2019, ¿cuál es el futuro que les espera a las mujeres con y sin discapacidad? ¿Puede peligrar la supervivencia del Observatorio?
Lo importante es que los poderes públicos cumplan las previsiones del Pacto de Estado, que se aprobó hace dos años con el voto unánime de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria.

Por último, estoy absolutamente segura de que el resultado de las elecciones en ningún caso pone en peligro la existencia del Observatorio.

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